La marihuana o el cannabis sativa y todo lo derivado de ello en los últimos años se han vuelto productos muy deseados por amplios sectores sociales de todas las categorías por sus ancestrales atributos medicinales y terapéuticos. Es conocido que esta planta lleva usándose por variedad de civilizaciones por milenios y este recorrido ha hecho que el conocimiento que tenemos hoy de esta planta sea excepcional.

 

En los últimos años los productos de todo tipo con componentes de CBD (cannabidiol) se han hecho un hueco en un mercado que está en constante desarrollo y expansión. Hablamos en este caso del cannabis y la marihuana sin THC (tetrahidrocannabinol). O mejor dicho, con bajos porcentajes de THC. Estos han surgido de forma legal para tratar un sinnúmero de condiciones crónicas, principalmente como tratamiento paliativo de forma terapéutica o sencillamente para uso recreativo de las personas que así lo requieran.

 

Hay que comenzar señalando que la planta de cannabis sativa tiene muchísimos cannabinoides activos. Algunos de ellos son THCA (ácido tetrahidrocannabinólico), CBDA (ácido cannabidiólico), CBN (cannabinol), CBG (cannabinol), CSC (cannabicromeno), CBL (cannabicromeno), VFC (cannabivarina), THCV (tetrahidrocannabivarina), entre otros. Sin embargo, de los cientos de cannabinoides que posee la planta de cannabis sativa hay dos que son los más notorios y determinantes. El THC y CBD. El primero es el componente psicotrópico de la marihuana y puede actuar en el cerebro alterando la percepción, creando sensación de euforia, dilatación del tiempo, ansiedad, depresión, taquicardia o incluso desarrollando estados de paranoia y dependencia. Paradójicamente también puede crear estados de extremadamente relajación, reduce los dolores crónicos, estimula el apetito y contrarrestar las náuseas y vómitos. No obstante, muchos de los efectos negativos atribuidos al THC pueden depender del contexto psíquico y físico del consumidor y de sus necesidades y problemas particulares. En cambio, el segundo, el CBD es un compuesto psicoactivo (como pueden ser el chocolate o la cafeína), no psicotrópico por lo que este no tiene incidencia en los estados de ánimo, la percepción, dilatación del tiempo, depresiones, etcétera.

 

La marihuana se obtiene mediante un proceso en el cual se dejan secando las hojas, flores, el tallo y las semillas que provienen de la planta cannabis sativa o flor de cáñamo. Hay tres (3) variedades fundamentales, que son la marihuana sativa, indica y ruderalis. Las diferencias entre estas tres variedades es la concentración de sus principales elementos y en consecuencia los efectos que producen en el consumidor.

 

 

Marihuana de alto contenido de CBD

 

La marihuana CBD, más concretamente, con porcentajes inferiores al 0,2% de THC no tendría (en principio) efectos psicotrópicos si esta es rica en CBD como tal. La propia legalidad vigente exige que los niveles de THC extraídos de la flor de cáñamo (cannabis sativa) deben ser inferiores al 0,2%. En este sentido, es lo que se conoce comúnmente como cannabis light o suave: rica en CBD y extremadamente bajo en THC. El CBD proviene y se extrae de la flor del cáñamo, que es la parte menos procesada de la planta de cannabis sativa, en términos generales es lo mismo que la marihuana. A veces hay confusión entre la planta cannabis y el cáñamo. No obstante, las diferencias entre ambas son meramente una relación de variación genética de la misma planta madre, que es la cannabis sativa L. El cáñamo es la parte de la planta que más concentración de CBD tiene.

 

Las ventajas y beneficios de la marihuana legal cruzan un abanico de posibilidades que van desde la salud psicológica hasta la física. La marihuana con alto contenido de CBD tiene propiedades antipsicóticas para tratar enfermedades graves como pueden ser la esquizofrenia, trastornos de ansiedad, obsesivo compulsivo, incluso, trastornos postraumáticos o aquellas enfermedades o condiciones que afectan directamente el sistema nervioso central y las percepciones y los estados de ánimo. Además, tiene capacidades para contrarrestar convulsiones, tratamiento para los movimientos involuntarios productos de la epilepsia o temblores comunes de enfermedades como el parkinson. La marihuana con alto contenido de CBD ayuda a contrarrestar los efectos más negativos del THC y tiene efectos como:

 

Antioxidante. La marihuana está compuesta también por ácidos grasos los cuales tienen una importante acción antioxidante. Uno de los mejores beneficios de la marihuana es su propiedad para la piel. Es por ellos que en muchos tratamientos cosméticos estas propiedades son utilizadas.

 

Antiemético. Como sabemos muchos medicamentos dejan secuelas en el cuerpo y en las sensaciones. Algunas situaciones pueden ser después de pasar por un tratamiento de quimioterapia como producto de haber sobrepasado un cáncer. Estos pueden ser vómitos y náuseas. En este sentido, la marihuana sin THC es una gran aliado para amortiguar estas dificultades.

 

Analgesico y antiinflamatorio. Uno de los poderes más conocidos del cannabis es su gran potencial para combatir los dolores. Los compuestos de la marihuana nos ayudan muchas veces a suprimir molestias causada por enfermedades de todo tipo disminuyendo los receptores de dolor y la producción de citocinas. Estas son en última instancia las responsables de la inflamación en el cuerpo.

 

Ansiolítico. La marihuana nos ayuda a disminuir y estabilizar los niveles de ansiedad derivados de trastornos de ansiedad vinculados al estrés o algún trastorno emocional. Los componentes de la marihuana actúa para liberalizar la serotonina que son los químicos naturales que el propio cuerpo produce estimulando la relajación y sensaciones de bienestar generalizado y felicidad. La serotonina es la encargada además de estabilizar los estados de ánimo mitigando las sensaciones de agitación o intranquilidad.

 

Antiepiléptico y antiespasmódico. Los componentes de la marihuana nos ayudan también a reducir o controlar los movimientos involuntarios productos de convulsiones por lo que actúa también como un neuroprotector muy importante. Aunque no podemos ver la marihuana como una cura como tal, si podemos decir que los estudios clínicos han confirmado su gran potencial para aliviar y mitigar secuelas de enfermedades como el parkinson o el alzheimer y el el progreso de estas.

 

Antihipertensivo. El cannabis es reconocido también como un antihipertensivo natural. Esto puede ayudar a relajar los vasos sanguíneos para reducir la presión arterial. Este actúa en el sistema nervioso central y evitan las elevadas sensaciones de alta tensión que pueden tener consecuencias negativas en las personas.

 

Relajante muscular. Los componentes del cannabis son utilizados actualmente en muchos ámbitos, incluso en espacios como el del deporte de alto rendimiento por sus grandes capacidades para la recuperación y estabilización de los músculos del cuerpo después de una larga jornada de deporte intenso. El cannabis sativa actúa sobre los dolores musculares, alivia los dolores de un esfuerzo intenso y sobre la inflamación de los músculos y contracturas que puedan producirse.

 

Influye en el sueño. Uno de los problemas derivados de la ansiedad y de los trastornos emocionales son los problemas de insomnio. En esto la marihuana sin THC resulta bastante efectiva como alternativa totalmente natural y orgánica. Esta al intervenir en el sistema nervioso central es capaz de tratar la ansiedad y los trastornos derivados por lo que puede ayudar de vez en cuando en la activación del sueño. Esto ayuda a desarrollar sensaciones de bienestar generalizado por descansar de forma adecuada mejorando las capacidades físicas y mentales en el día a día.

 

La relación compartida entre CBD y el Sistema Endocannabinoide desarrolla una serie de dinámicas que influyen directamente en el sistema fisiológico, y en consecuencia en el psicológico aumentando las sensaciones de bienestar en el consumidor. Esta es la razón principal por la cual este producto es comúnmente utilizado para solucionar problemas de dolores crónicos específicos y de forma terapéutica como pueden ser los efectos más dolorosos de los tratamientos contra enfermedades como el cáncer o para combatir cualquier dolor que sea generalizado en el cuerpo.

 

Uno de los beneficios más importantes y notorios es su capacidad para combatir células cancerígenas y la proliferación de estas en el cuerpo. En términos de las secuelas, dolores y consecuencias como productos de la quimioterapia, el CBD ayuda a combatir las náuseas y vómitos que muchas veces siguen este tipo de tratamientos de una forma bastante eficaz. El CBD en sí se toma o consume para tratar una variedad de enfermedades con dolencias físicas y psicológicas. Por lo que muchas personas en todo el mundo acceden al CBD como una forma de reducir y acabar con dolores crónicos que limitan su quehaceres diarios para los cuales la medicina tradicional o recomendaba por médicos o que encontramos en las farmacias habitualmente no les están dando soluciones reales y tangibles. Por lo que no solo se está viendo el CBD como un remedio terapéutico, sino también como un paliativo de enfermedades crónicas muy dolorosas.

 

Otras enfermedades en donde el uso de marihuana legal puede tratar y prevenir son el glaucoma ocular, puede inducir en el mejoramiento de las capacidades pulmonares, evitar posibles crisis epilépticas y tratar sus consecuencias posteriores, puede ayudar a evitar que el cáncer se propague por el cuerpo como mitigar los dolores más crónicos de enfermedades de estas características y las náuseas y vómitos causados por los procesos de quimioterapia. Este también tiene la capacidad de detener el proceso evolutivo de enfermedades como el Alzheimer y contrarrestar los movimientos involuntarios que se producen comúnmente con esta enfermedad.